"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos" | SURda |
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25-04-2009 |
Colectivo Argos
El aparat (ismo) que mató a su inventor o réquiem por un “ortiba”.
Del aparatismo se ha hablado muchas veces por muchos. Es la preponderancia de la estructura organizativa sobre los sus componentes sociales: los militantes. En política el aparatismo, la mecánica del aparatismo (que es tambien conducida y ejecutada por hombres) lleva al encumbramiento de los mismos. El aparatismo por tanto necesita aparatistas. O sea los elementos que quieren trepar. En general un conjunto de elementos inestables y ambiciosos.
Raul Sendic, en su preferencia por las tesis organizativas de Rosa Luxemburgo y en su negativa a crear un partido, privilegiando al movimiento, tendría .-si viviera- mucho para decir sobre sus motivos (1).
Desgraciadamente Raul Sendic esta muerto y lo único que nos queda a los sobrevivientes es las referencias de los muchos militantes que estuvieron en diferentes momentos junto a él y se han referido al asunto. Picardo por ejemplo se refería en que siempre ataca “al aparato desde afuera”.
Estas afirmaciones de testigos creibles (y hay muchas) sirven para señalar algo que todos los antiguos militantes conocen. En el MLN-Tupamaros existía el aparato, el aparatismo y los aparatistas. Testimonialmente muchos de nosotros llamabamos al MLN, “la orga” o sea la organización.
DE ORGANIZACIÓN NECESARIA AL APARATISMO.
Todo esfuerzo de militancia política necesita un soporte mínimo organizativo. Sin organizacion mínima el esfuerzo colectivo no puede prosperar por la sencilla razón de toda actividad colectiva necesita individuos que realizan distintas tareas y donde, además, el colectivo que tomas las decisiones necesita elementos que cumplen funciones diferentes. De todo esto -básico y elemental- en toda actividad social (y la actividad politica lo es) surge el peligro de que algunos utilizen el organismo como el trampolín que los promueva socialmente, pero que además les sirva para hacer la tarea en que las condiciones lo situaron en cierto momento, eternas. Sin control de los demás o, con un control mínimo que, aparte, sea posible eludir fácilmente. Si las personas que coinciden en esas aspiraciones logran sus objetivos, se imponen sobre el conjunto social colectivo, forman un poder diferente y ajeno al mismo y viven de él o, mejor dicho, terminan matándolo. Todos estos elementos son conocidos por la mayor parte de los militantes porque el mecanismo se reproduce en los movimientos sociales (sindicatos, cooperativas) y esencialmente en los políticos (partidos y movimientos). El MLN antiguo, en su momento de apogeo, en el momento previo a su derrota de 1972 había desarrollado mucho los aspectos negativos y estos eran tan evidente que muchos militantes lo comentaban cuando la carcel ofrecía la posibilidad de los “ horizontales ” (que eran la comparación de la experiencia de las diferentes columnas, por parte de los militantes). Pero lo que estaba prohibido a la base se practicaba ampliamente en el vértice de la conducción donde el horizontalismo (y la conspiración de algunos contra las bases reinaba).
El Sr. Eleuterio Fernández en sus “ historias ” nos dá varios ejemplos de esas conspiraciones en las que quiere meter a Sendic, como cómplice de sus jueguitos, luego de la gran fuga del Penal de Punta Carretas. Se fruiciona ante el asunto y lo justifica como una rebelión necesaria ante otros “aparatos verticales” en el mando. Pero como no puede hacer “ sus historias ” en base a conspiraciones, necesita darle al todo un aspecto de cosa mayor y por eso ha inventado la tesis de que la derrota y todo lo que vino después es el producto de una “ falta de estrategia ”. Nos “ quedamos sin estrategia ” proclama y con ello cree solucionado el problema.
Durante cierto periodo de tiempo, después de la desaparición de Sendic, Eleuterio Fernández llenó el espacio politico del antiguo MLN, creo el MPP, quedó en minoría en el mismo, perdió un congreso ( sus resultados son secretos, nadie conoce como se dio la votación ) y se dedicó al “ fraccionalismo ” creando el CAP-L. El CAP (no confundir que la venerable empresa que se dedica a la recolección de desperdicios en Montevideo) es la agrupación de otros aparatistas parlamentarios como forma de crear un grupo político de poder que le permitiera negociar en la “ interna ”.
En ese breve periodo de apogeo publicó “ sus historias ” y varios otros opúsculos mas entre los que sobresale “ En la nuca ” un ajuste de cuentas con sus antiguos compañeros donde además se dedicó a difamar al ERP argentino (conducción Santucho) con mala fe.
Y todo iba muy bien, hasta que se han hecho públicas sus confesiones de cierto 16 de junio de 1977 al Estado Mayor del Ejercito.
El hombre que le pegaba en la nuca a todo el mundo, quedó “ pegado ”. El hombre que desde el viejo Coordinador craneo el “ aparato ” terminó bajo las ruedas de su propia creación. Le paso lo mismo que al inventor de la guillotina, que fue -al final- víctima de su propio invento.
Nos imaginamos la consternación de muchos que fueron siempre instrumentos de este “ ortiba ”. Pero no nos afligimos nada, porque al Eleuterio lo rodearon siempre los alcahuetes, los trepadores y los ambiciosos. Hace tiempo que del MLN se fueron los militantes con conciencia. El “ goteo ” fue eso, la ida en silencio, con dignidad, sin hacer alharacas.
Eleuterio Fernández comenzó como un aparatista y termina como un informante de los botones, un colaborador miserable que en ciertos aspectos supera a Amodio y al Tino. Porque toda su acción desde el 77 donde ya estaba ganado por el enemigo y colaboraba con él, hasta este año de 2009 donde sus fechorias se hacen públicas suman –si la aritmética no nos falla- 32 años ininterrumpidos de servicios al enemigo de clase. Esa tarea no hubiera sido posible si al lado de él, no hubiera habido cómplices.
Cada cual que saque sus cuentas, que reflexione y que tome la actitud que considere necesaria.
(1) La polémica sobre organización enfrentó a Rosa Luxemburgo con los bolcheviques rusos dirigidos por Lenin. Lenin que producto de las condiciones del absolutismo reaccionario zarista (y el peso social del campesinado en la sociedad rusa) bregaba por una organización vertical y cerrada, en muchos aspectos casi blanquista. Rosa en cambio opinaba que el desarrollo del capitalismo en Europa y particularmente en Alemania habian creado por la via de la “revolucion burguesa” las condiciones de cohesión social del proletariado y de difusión de la cultura que no hacian necesario una organización de ese tipo. La organización no debía sustituir a la clase social (proletaria) pero además debía saber combinar el espontaneismo que las crisis capitalistas engendran en el colectivo social. La revolucion entonces no eran “los revolucionarios al servicio de la clase revolucionaria” sino la clase social revolucionaria que utilizaba al partido revolucionario para sus fines históricos. Por ese motivo Rosa se convirtió en el enemigo principal de la burocracia politica y sindical socialdemócrata europea y por supuesto de los burócratas estalinistas. Hasta el día de hoy el odio dura y el silencio persigue a esta mujer revolucionaria que fue asesinada por la socialdemocracia alemana. A Rosa la odia la burocracia socialdemócrata y la estalinista, a Sendic lo hicieron pasar por “loco” los aparatistas uruguayos.
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